domingo, 7 de noviembre de 2010

Oferta de empleo para líderes






Escaladores en el momento del ascenso con un jefe de expedición que abre las vías. ERATHIS

Acabo de leer la entrevista al ex-presidente Felipe González Márquez que publica el periódico El País en su edición de domingo. Asegura Juan José Millás, autor de la misma, que Felipe no escribe ningún artículo sobre su partido si no ha pasado antes por Ferraz. Así, supeditado a la disciplina de partido, me conmueve, porque siempre he pensado que es un señor con la suficiente autoridad para decir lo que le da la gana. Los acontecimientos históricos que ha vivido en primera persona le hacen estar a veces en una atalaya desde donde apreciar algunos detalles que los que ocupamos el valle no somos capaces de percibir. No es que esté de acuerdo en todo lo que dice, acabáramos, pero sí cuenta con un bagaje histórico difícil de igualar. Le preguntan por las características que debe tener un líder. Destaca como cualidades la capacidad y/o la sensibilidad para hacerse cargo de lo que están experimentando los otros, la capacidad para transmitir un proyecto en el que tú crees, de forma creíble para los demás y para transformar su estado de ánimo del negativo al positivo o del positivo al más positivo. No se trata de refinar las técnicas de persuasión, sino de creer en algo y ser capaz de ilusionar a los demás para que trabajen conjuntamente contigo. Esto me ha recordado un curso al que asistí la semana pasada sobre emprendedores acerca de conocerse a sí mismo, rectificar aquellas cosas que te limitan y fomentar aquellas para las cuales estés más dotado. En un ejercicio de coaching tan de moda últimamente, pensamos en las características de un gran profesional o un gran líder. Casualmente (o sin ser tan casual), en el recuento final de los asistentes, salieron también estas cualidades. Todas, salvo el conocimiento de la materia profesional que también era destacado, tenían que ver más con las características emocionales que con la racionalidad de la persona carismática ideal para llevar a cabo un proyecto. Es indudable que la formación no es prescindible y que, como decía Ortega y Gasset, las personas educadas son personas más útiles para la sociedad (o al menos es justo exigirles esto), pero Felipe González toca un tema que me parece crucial. Se trata de la importancia de aplicar esos conocimientos y que sirvan para elaborar un discurso crítico lejos de la simplificación de algunos medios.
Critica la asistencia de algunos políticos a los programas sensacionalistas pensando que así están más próximos de la ciudadanía, no importando si sus declaraciones preceden a asuntos de cama o a personas que se agreden en directo. El dardo certero para criticar la simplificación y la conversión de la democracia en mediocracia, en cuanto a medios y mediocridad. No se pueden extender los discursos simplistas y populistas con el objetivo de aumentar la contabilidad electoral. No hace más que incrementar el número de desencantados que piden líderes que posean proyectos que nuevamente hagan recuperar la confianza en la democracia y en las instituciones. Porque lo que nos jugamos es algo muy importante hagamos una oferta de empleo: “Se buscan líderes con o sin experiencia, honrados y con proyectos”.

1 comentario:

  1. Está muy mal el mundo de la política, hace unos días leía esto, y sigo buscando un polítco que cumpla todas estas características, ni siquiera el eterno presidente, Don Felipe González:

    http://noticias.lainformacion.com/espana/quieres-ser-un-buen-politico-te-ensenamos-como-conseguirlo_ubwd2lPVaNj9dJ06nEUFQ/

    Si conoces a alguno que las cumpla preséntamelo, que igual hasta le voto, es broma, yo no participo en esta farsa que es la democracia ;)

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