“Para mí ser normal es una aspiración”
Tres discos bastaron para convertir a El Niño Gusano en el grupo mimado de la crítica musical de los 90. El documental “Tierra de cierzo” y el 15º aniversario del sello discográfico responsable de sus trabajos, Grabaciones en el mar, ponen su legado más de actualidad que nunca.
POR LETICIA GARCÍA ROJO
Mientras preparaban su tercer elepé en un pueblo turístico de la campiña francesa rodeados de bosques, vieron aparecer unos cuantos ejemplares de escarabajos ciervos. Mario Quesada, que desde pequeño sabía casi todo de los insectos, exclamó: “¡Es el escarabajo más grande de Europa!” y sus compañeros, entre divertidos e impresionados, decidieron llamar así a su tercer y último disco como grupo.
Y es que este conjunto zaragozano era, ante todo, un grupo de amigos que compartía su profundo amor por la música y sus ganas de divertirse.
Pese al reconocimiento de la crítica, su contrato con la multinacional RCA y el favor de un público minoritario, pero selecto, la formación zaragozana desaparecía en 1999, tan sólo 6 años después de su nacimiento.
Irrumpieron con un estilo musical que fusionaba el indie y la psicodelia con canciones en español en una época donde estaba de moda cantar en inglés. Marcaron un antes y un después en la música aragonesa y grupos como Amaral apelan a ellos como uno de sus referentes.
El documental “Tierra de Cierzo” hace un repaso de los grupos e intérpretes que han marcado la vida musical de Aragón desde los años 70 hasta la actualidad y no podía faltar El Niño Gusano. Además Grabaciones en el mar, sello discográfico que desde su nacimiento está muy vinculado al grupo, cumple 15 años, aniversario que han celebrado con un Premio de Honor en los Premios de la Música Aragonesa y una exposición en el Centro de Historia de Zaragoza.
PREGUNTA: Recientemente se han presentado los documentales “Tierra de cierzo” y “Los chicos de provincia somos así”, que repasan la música aragonesa de las últimas décadas. ¿Hay un interés especial en reivindicar las raíces de la música aragonesa actual?
POR LETICIA GARCÍA ROJO
Mientras preparaban su tercer elepé en un pueblo turístico de la campiña francesa rodeados de bosques, vieron aparecer unos cuantos ejemplares de escarabajos ciervos. Mario Quesada, que desde pequeño sabía casi todo de los insectos, exclamó: “¡Es el escarabajo más grande de Europa!” y sus compañeros, entre divertidos e impresionados, decidieron llamar así a su tercer y último disco como grupo.
Y es que este conjunto zaragozano era, ante todo, un grupo de amigos que compartía su profundo amor por la música y sus ganas de divertirse.
Pese al reconocimiento de la crítica, su contrato con la multinacional RCA y el favor de un público minoritario, pero selecto, la formación zaragozana desaparecía en 1999, tan sólo 6 años después de su nacimiento.
Irrumpieron con un estilo musical que fusionaba el indie y la psicodelia con canciones en español en una época donde estaba de moda cantar en inglés. Marcaron un antes y un después en la música aragonesa y grupos como Amaral apelan a ellos como uno de sus referentes.
El documental “Tierra de Cierzo” hace un repaso de los grupos e intérpretes que han marcado la vida musical de Aragón desde los años 70 hasta la actualidad y no podía faltar El Niño Gusano. Además Grabaciones en el mar, sello discográfico que desde su nacimiento está muy vinculado al grupo, cumple 15 años, aniversario que han celebrado con un Premio de Honor en los Premios de la Música Aragonesa y una exposición en el Centro de Historia de Zaragoza.
PREGUNTA: Recientemente se han presentado los documentales “Tierra de cierzo” y “Los chicos de provincia somos así”, que repasan la música aragonesa de las últimas décadas. ¿Hay un interés especial en reivindicar las raíces de la música aragonesa actual?
RESPUESTA: Han pasado suficientes años como para empezar a ver las cosas con perspectiva. Al principio las cosas están ahí, pero no sabes verdaderamente si van a ser sólo una moda. Tenía que pasar el tiempo y que hubiese gente que recordase o se acordase de El Niño Gusano o los momentos musicales de nuestra época y ponerlos encima de la mesa y decir: “Esto pasó aquí hace x años y no podemos olvidarlo”. Es cuestión de tiempo.
P. Se cumplen 15 años del sello discográfico Grabaciones en el mar, que nació a la par que vuestro grupo, ¿cómo surgió esta colaboración tan estrecha?
R. Más que con ellos fue con él, Pedro Vizcaíno. Lo conocí a raíz de conocer a Sergio [Algora, fallecido en el año 2008], y ellos montaron una tienda de discos en el Pasaje de Zaragoza. Después nos juntamos en el grupo, empezamos a tocar y a Sergio le apetecía montar un sello. Les gustaba lo que estábamos haciendo y nacimos junto con Grabaciones en el mar.
En el Centro de Historia de Zaragoza se hizo una exposición para celebrar el aniversario.
Fui a verla con mis niños y se aburrieron infinito [Risas]. Pedro se merece ese reconocimiento y mucho más. Son 15 años y perseguir un sueño como el suyo durante 15 años tiene muchísimo mérito. Con el tiempo que no se tiene y con el dinero que no se tiene, a base de muchísima ilusión, de muchas ganas y creyendo en lo que estás haciendo. Del sello el mayor artista es él. Algún día se autoproducirá algo.
P. En los Premios de la Música Aragonesa recibió el premio de Honor vestido de Abeja Maya...
R. [Sonríe] Sí, eso me dijeron. Yo conozco a Pedro y creo que le daba vergüenza. Se tuvo que disfrazar de algo para hacerlo divertido.
P. Si le digo Mario Quesada, bajista de El Niño Gusano, ¿le suena muy lejos o parece que fue ayer?
R. Lo veo lejos porque mi vida es muy distinta ahora. Pero de vez en cuando echo un ojo, porque hay que pasar la escoba debajo de la cama y veo que está mi bajo allí y me apetece sacarlo y cogerlo y tocarlo un rato. Hay veces que me acuerdo y busco cosas en Internet y reconozco que me emociono. Cuando tocaba en el grupo estaba muy orgulloso y decía: “Cuando tenga hijos les enseñaré mis discos”, pero ahora tengo mis hijos y no les he dicho nunca: ¡Mirad, papá tocaba en un grupo! o “Toma, escucha este disco que aquí está tocando papá”.
P. ¿Y si un día tus hijos le dicen que quieren ser músicos?
R. No tengo ningún interés por fomentarles a mis hijos ninguna de las cosas que me interesan porque creo que lo que voy a provocar es desinterés. En mi casa tengo un cuarto con más de 3000 elepés y un tocadiscos. ¡Pero ahora todos los juguetes de la casa están allí metidos! Cuando está sonando el tocadiscos tengo a mi hija en brazos que me dice: “Papá, baila”. Lo suyo es vivirlo con ellos sin forzar las cosas.
P. Todos los componentes de su grupo siguieron vinculados a la música excepto usted, ¿se cansó de esa etapa?
R. En el mundo de la música cuando empiezas, quieres hacer lo que te sale de dentro y no tienes que esperar nada. Y nosotros tuvimos la suerte de que pudimos vivirlo, y disfrutarlo y estirarlo y presentarlo, movernos y viajar. Yo considero que fue una cuestión de fortuna. Contamos con una persona próxima a nosotros que quiso realizar esa aventura, que fue Pedro Vizcaíno. Es un camino que puedes estar pretendiendo durante toda tu vida y no conseguir ni siquiera arrancar. A partir de ahí yo siempre tomé el camino que siempre había pensado que iba a tomar en la vida.
“[El éxito] Es un camino que puedes estar pretendiendo durante toda tu vida y no conseguir ni siquiera arrancar”
P. En varias entrevistas ya se hablaba de que, con el tiempo, se veían haciendo cosas por separado.
R. Una pareja es difícil, un grupo de 4 ó 5 personas, prácticamente imposible. O hay algo que tira mucho, como por ejemplo, el dinero. ¿Por qué los Rolling Stones siguen 40 ó 50 años después? Por pasta. Es difícil. Nuestros intereses caminan juntos una temporada y hay otro momento en que se separan.
P. Groucho Marx decía en su libro autobiográfico que la parte aburrida venía cuando se hicieron famosos, dando así mayor importancia a las aventuras de los comienzos. Cuéntenos alguna anécdota divertida.
R. [Risas]¡Pero si en el grupo sólo había de ésas! Sé que había una coña por ahí de una croqueta. Yo creo que era algo de una croqueta que se metía en la boca y que quemaba horrores, pero…es que ya no me acuerdo del chiste.
P. Y hablar de El Niño Gusano es también hablar de Sergio Algora, que desapareció demasiado pronto...
Para mí era mi amigo, muy bueno. Yo he descubierto a Sergio como artista quizá en estos últimos años, no mientras lo tuve. Yo para eso soy muy hombre y yo sólo puedo hacer una cosa a la vez. Estaba mucho en divertirme, en mi instrumento, en la canción, pero, reconozco que hasta después, parece mentira, tantas veces que he oído las canciones, y no sabía lo que decían. Eso vino después, y la verdad es que me ha encantado descubrirlas después de tantos años. La música de alguna manera fue un recipiente para mezclar todo, su personalidad, su literatura, su gusto por la música.
“La música para Sergio Algora fue un recipiente para mezclar su personalidad, su literaratura, su gusto por la música”
P. Andrés Perruca [batería del grupo] dijo de él que sacaba facetas de la gente que ni siquiera ellos conocían, ¿de qué forma hacía esto?
R. Sergio te lo sacaba todo, provocaba un montón de emociones, que te olvidases de todo. Era capaz de que te divirtieses muchísimo con él .Yo creo que él no era consciente ni quería provocar nada especial, sino que era una persona con ese carisma. Hablabas de las cosas como si fueses un niño, con la misma naturalidad. Con el resto de la gente te pones una barrera, pero es una cosa que nos ha provocado a todos y es muy sorprendente. En las personas es una cualidad que no es muy habitual. Yo no se la he encontrado a nadie más.
P. ¿Cuál es el disco que más le gusta de su discografía?
R. Los dos primeros son los que más me gustan porque son mucho más espontáneos. Nos importaba todo un carajo. En el tercer elepé sentimos un poco la responsabilidad. Habíamos firmado un contrato con una multinacional y fuimos nosotros otra vez, pero sabíamos que teníamos que cumplir. En los dos primeros era pura diversión, aventura, pero el objetivo no era hacer las cosas lo mejor que sabíamos, sino hacerlas juntos.
P. ¿Qué es para usted la música actualmente?
R. Un referente importante en la vida. Es mi capricho. El rato que le robo a mi familia, una vez que cumplo con el trabajo y cuando están todos dormidos, se lo dedico a la música.
P. ¿Está todo hecho en la música? ¿Qué le gustaría escuchar?
R. Los discos que estoy comprando tienen todos por lo menos 25 años, música de entre el 66 y el 79, de todos los países del mundo, principalmente psicodelia. Yo creo que tristemente sí está todo hecho. A mí me gustaría escuchar algo que me sorprendiera.
Cuando alguien no ha escuchado nada, todo le suena a nuevo. Aunque no por eso deja de ser interesante y precioso.
“Me gustaría escuchar algo que me sorprendiera”
P. ¿Qué emisora de radio escucha?
R. No escucho la radio, me desespera. Yo tengo que tener el control en casa de lo que suena en cada momento, para mí es insoportable no saber qué canción va a sonar. Me gusta ir a la estantería, coger lo que quiero escuchar y luego cambiarlo por otra cosa. No soporto esa emoción [Risas] A veces ponen cosas que no te gustan. Yo, cuando estoy escuchando música, me gusta estar escuchando buena música todo el rato.
“No soporto la emoción de no saber qué canción va a sonar”
P. ¿Cómo se define?
R. Como músico soy terrible, terrible [Risas] El bajo es un instrumento aburrido. A mí me gustaba tocar y yo me metí en el grupo porque lo que me gustaba era estar con amigos.
Y en lo demás soy una persona casi normal. Para mí ser normal no significa ser gris, sino todo lo contrario. Es toda una aspiración. Me parece que en este mundo hay demasiada gente deseando ser especial. Somos especiales todos. Me parece un decreto. Me aburre mucho la gente que pretende ser especial.
El que destaca lo hace y no hace falta hacer nada excepcional. Y los demás vamos a intentar vivir la vida de la mejor manera posible y dejar de hacer tonterías. En la música pasa mucho. Por no ser normales, somos regulares, por no decir otra cosa.■
“Para mí es todo una aspiración ser normal”
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarJamás serás gris, nunca en mi recuerdo, gracias por todo, gracias por vuestra música. Ha sido una alegría volver a saber de tí y de tu vida. Un saludo
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