viernes, 8 de octubre de 2010

Cabeza de turco


Christian Wulff, presidente federal de Alemania



A pesar de los románticos, la emoción primordial en el ser humano es el miedo. Las investigaciones neurocientíficas así lo atestiguan. Y el miedo a lo desconocido y lo diferente es una de las causas de la creciente intolerancia en todo el mundo.
La comunidad musulmana en Alemania ha respirado tranquila tras las declaraciones del
Viñeta publicada en el periódico alemán Der Spiegel tras las declaraciones de Thilo Sarrazin.
presidente federal, Christian Wulff. Ni prejuicios ni marginación. Thilo Sarrazin debe estar revolviéndose en la sede del Bundesbank, pues culpa a los musulmanes de abolir la identidad alemana y acusa su escasa actividad laboral. Vamos, que son unos vagos que abusan de los subsidios. Y no he podido abstraerme de la noticia porque he recordado el libro de Gunter Wallraf, Cabeza de turco. Para aquellos que no lo hayan leído les haré un breve resumen. En él su autor, un periodista alemán, se viste como los turcos en Alemania; vive con ellos; come lo que ellos y, lo más importante, trabaja como ellos. De la industria metalúrgica donde trabajó jornadas de 14 horas, se llevó una bronquitis crónica. De los experimentos farmaceúticos donde hizo de conejillo de indias, un miedo irracional a los fármacos, las agujas y los hospitales. Menos mal que el trabajillo en la empresa nuclear donde no respetaban el límite de radiaciones se quedó en agua de borrajas porque si no, igual hablaríamos de él como lo que fue y lo que hizo. Para el señor Sarrazin estos empleos no cuentan.
El sociólogo Manuel Castells afirmaba hace unos días que la única forma efectiva de prevenir conflictos era creando redes de paz, organismos que promuevan el respeto y la comunicación intercultural.
Culpar a los inmigrantes, musulmanes o no, de los males de un país es desviar la atención sobre los problemas reales como la crisis económica, la falta de empleo, la ausencia de oportunidades o la segregación. El periodismo gonzo de Wallraf no es una institución para la paz, pero ayuda. Hablando de ayudas, ¿no fueron los bancos como el de Sarrazin los que se beneficiaron de las ayudas de rescate estatales?

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